La combinación de ortodoncia invisible con implantes dentales es relativamente frecuente. A pesar de ello, aún son muchas las personas que se hacen la misma pregunta: ¿es posible llevar ortodoncia invisible con implantes dentales?
Para arrojar luz a este interrogante tan habitual, en el artículo de hoy vamos a abordar si ambos tratamientos son compatibles. Y, además, te explicaremos todos los porqués.
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¿Por qué cada vez más personas necesitan llevar ortodoncia invisible con implantes?
Si accedemos a los datos de, prácticamente, cualquier clínica dental, observaremos que tanto la ortodoncia invisible como los implantes son dos de sus tratamientos más habituales.
La preocupación de la sociedad por la salud y la estética de la sonrisa van en aumento. Por ello, son muchas las personas que deciden reponer sus piezas dentales perdidas mediante implantes y que inician un tratamiento de ortodoncia invisible para mejorar la posición de sus dientes.
Además, gran parte de estos pacientes se decantan por un tratamiento discreto, que apenas se note: los alineadores invisibles.
A todo ello, hay que añadir que, en los últimos años, se ha experimentado un importante crecimiento en la colocación de ortodoncia en personas de mayor edad. Es decir, hace unos años la ortodoncia era un tratamiento reservado, prácticamente, para los adolescentes y los niños.
En cambio, hoy en día son muchos los adultos mayores que se animan a llevar ortodoncia invisible. De hecho, en nuestras clínicas dentales cada vez es más frecuente que coloquemos ortodoncia a personas de 60 o 70 años.
Precisamente, son estos adultos mayores los pacientes que más padecen la pérdida de piezas dentales. Y, por ello, los que más llevan implantes. Toda esta combinación hace que sea tan necesario compatibilizar ambos tratamientos.
¿Es compatible la ortodoncia invisible con los implantes?
La respuesta a esta pregunta es sí: la ortodoncia invisible y los implantes son compatibles.
Sin embargo, una vez resuelta la duda principal, es conveniente realizar una serie de matizaciones. Aunque ambos tratamientos sean compatibles, el orden de los procedimientos es fundamental
Es decir, siempre que sea posible, lo más recomendable es alinear primero los dientes (con la ortodoncia) y posteriormente colocar los implantes dentales. En los siguientes apartados desvelaremos el porqué.
Colocación de implantes después del tratamiento de ortodoncia invisible
Este escenario es el más sencillo. Y, por tanto, la opción a la que se recurre siempre que sea posible.
Cuando un paciente requiere ambos tratamientos (ortodoncia e implantes) pero todavía no ha comenzado ninguno de los dos, la recomendación será la siguiente: empezar con la ortodoncia y, cuando queden pocos meses de tratamiento, colocar los implantes.
Esto se debe a que, a diferencia de los dientes naturales, los implantes no se pueden mover. Por tanto, en caso de colocarlos antes de la ortodoncia invisible, supondrían una limitación para el movimiento de la dentadura.
En estos casos, los implantes dentales pueden ser colocados durante el tratamiento de ortodoncia (unos meses antes de finalizar) o tras terminar. Todo ello depende de lo que estime el ortodoncista tras realizar el estudio bucodental del paciente.
Dicho esto, es fundamental destacar que la colocación de implantes (ya sea durante o tras el tratamiento de ortodoncia) exige una planificación minuciosa por parte del ortodoncista.
El profesional tendrá que prever y calcular con exactitud cómo van a ser los movimientos dentales. En función de ello, determinará cuándo debe ser colocado el implante.
Sin embargo, esta opción prioritaria de colocar la ortodoncia invisible antes que los implantes puede tener sus excepciones, que son muy poco frecuentes.
Colocación de implantes antes de comenzar la ortodoncia invisible
En el caso de que la persona ya lleve implantes, no habrá otro remedio que colocar la ortodoncia después. Aunque sea posible hacerlo, este escenario es más complejo, por lo que requiere una planificación aún mayor por parte del ortodoncista.
Como ya hemos mencionado, el principal inconveniente de seguir este orden es que los implantes no se pueden mover. Por tanto, los movimientos del resto de la dentadura están muy condicionados.
El hecho de contar con unos implantes previos puede suponer que la oclusión que se consiga con la ortodoncia no sea la óptima. Eso sí, será mucho mejor que la que el paciente tenía antes de comenzar el tratamiento.
Cuando haya que colocar la ortodoncia invisible después, será fundamental que el paciente cuente con unos implantes dentales de calidad, que estén correctamente colocados y que no presenten complicaciones (problemas de osteointegración, infecciones…).
Una vez dicho todo lo anterior, conviene resaltar una cuestión que no se debe pasar por alto. Por diferentes motivos, la ortodoncia invisible resulta una opción mucho más beneficiosa que los tradicionales brackets metálicos (cuando se combinan con implantes).
Y es que, la ortodoncia invisible facilita mucho la higiene y la comodidad. Por un lado, los alineadores deben ser retirados para comer y cepillar los dientes. Esto hace que la limpieza de la boca sea mucho mejor, lo que reduce el riesgo de padecer infecciones o cualquier otra complicación asociada a la falta de higiene.
Por otro lado, los alineadores invisibles están fabricados con un material de tipo plástico, muy flexible y que no presenta elementos metálicos que causen heridas o llagas en la boca.
Esta es una característica muy valorada por las personas que llevan implantes o que han experimentado las complicaciones propias de la falta de dientes. La comodidad que ofrece la ortodoncia invisible es, sin duda, un elemento que les anima a mejorar la salud y estética de su boca.
